De pinchazos y otros episodios


Bochornosa situación la vivida este verano en diferentes discotecas y lugares de ocio. No hay día en que la prensa no se haga eco de alguna joven que ha recibido un pinchazo mientras se encuentra bailando, cantando, charlando o lo que le apetezca con su grupo de amigos. Algunos medios han señalado que aún se desconoce a ciencia cierta el motivo, incluso hay quien ha apuntado que, en algunos casos, las jeringuillas podrían estar vacías y que se trataría de un acto "por puro divertimiento". También esta mañana se hacía referencia en televisión a algún episodio en que los personajes de turno se dedicaban a pellizcar a algunas jóvenes emulando un posible pinchazo.

Más allá de los riesgos que supone para la salud y para la integridad de las personas afectadas, este es un comportamiento completamente inadmisible, y más en los tiempos que corren, que pone en evidencia el importante camino que queda por recorrer, no ya en pro de la igualdad, que también, sino especialmente en la defensa de los derechos básicos de cualquier persona. Esto no va de chicas o chicos —creo recordar que también se ha registrado un caso—, es cuestión de valores, de educación, de cambio de mentalidad y de respeto. De mucho respeto por parte de todos.

Del mismo modo que, afortunadamente, sería impensable que hoy se educara en los colegios e institutos como antaño —son numerosos los avances en nuevas metodologías educativas y de aprendizaje, aunque no siempre en el mismo porcentaje los recursos para llevarlas a cabo—, posiblemente sería interesante realizar de tanto en tanto una reflexión a nivel de sociedad sobre ciertas situaciones que no se pueden tolerar. Para mí, el feminismo no es escribir: “todos, todas, todes, tod@s, todxs”, moda que no deja de ser una incongruencia en cualquier lengua, sino todo el trabajo —que me consta que ya se hace— desde las diversas entidades a favor de la igualdad de los derechos de hombres y mujeres. Y que a título personal considero que, desde el ámbito familiar y más próximo de cada uno de nosotros, también debería promoverse para evitar que ciertos individuos se diviertan a costa del miedo de otra persona ante la impotencia de no poder salir con sus amigos o su pareja sin correr riesgos innecesarios.


Josué Aguedo

Foto: Brian Aguedo

Comentaris